jueves, 31 de marzo de 2016

TOMAR NOTAS


Métodos para tomar notas:

a) El clásico....
 Toma de Apuntes (Durante la Clase) 

 Mantenga su atención enfocada sobre lo que su maestro diga. 
Escuche si hay "frases indicativas" que digan que lo que su maestro está a punto de decir es importante para escribir en sus notas. Ejemplos de frases indicativas son "El punto más importante es..." y "Recuerde que..." Asegúrese de incluir en sus notas lo que su maestro repita o escriba en la pizarra. 
Escriba rápidamente a fin de poder incluir toda la información importante en sus notas. 

Hágalo escribiendo palabras abreviadas como med para medicina, usando símbolos como % para el por ciento, y escribiendo frases breves. Ponga un ? junto a la información que usted escriba en sus notas, pero sobre cuyo significado no esté seguro. 

 Reescriba Sus Notas (Después de la Clase) Reescriba sus notas para hacerlas más completas, convirtiendo palabras abreviadas en palabras enteras, símbolos en palabras, y las frases acortadas en frases más largas. Haga sus notas más precisas contestando cualquier pregunta que tuvo al escribir sus notas en la clase. 

 Si fuera necesario, pida ayuda a su maestro o a otros estudiantes. Verifique con otros estudiantes para estar seguro de que no omitió ninguna información importante.

b) Método visual...

c) El método de las 5R: registrar, resumir, recitar, reflexionar, revisar.
d) Método de la página dividida.

Este método tiene ciertas similitudes con el anterior aunque, realmente, sigue un principio totalmente diferente. La idea es dividir la página verticalmente en dos secciones: las ideas principales y las secundarias.

Así, mientras tomamos apuntes, vamos organizando de manera simultánea nuestra materia. Este método puede requerir algo de adaptación al principio pero, a largo plazo, nos ayudará a optimizar  mejor nuestro tiempo a la hora de estudiar usando nuestros apuntes.

e) Método visual.

El método se basa en la utilización de recursos visuales para aprovechar la forma natural en la que el cerebro procesa la información.

Enlaces:

miércoles, 30 de marzo de 2016

LA CELESTINA. ESTUDIO DE MENTALIDADES EN CAMBIO.

 El éxito editorial comienza en el siglo XVI y continúa, con altibajos, hasta su prohibición en 1792.Desde muy temprano los moralistas atacaron a Celestina como libro que, lejos de lo que indicaba en el sequitur "Compuesta en reprehensión de los locos enamorados que, vencidos en su desordenado apetito, a sus amigas llaman y dicen ser su dios", antes incitaba y enseñaba a tener amores ilícitos que a rehuirlos. El primero en desaconsejar la lectura de Celestina fue Juan Luis Vives, quien en su libro Instrucción de la mujer cristiana (1524, primera edición en latín) la igualaba a los libros de caballerías en su capacidad de corromper las costumbres.
" Fernando de Rojas era un gran lector, como testimonia el inventario de los libros que poseyó (los cuales se incluyen en su testamento). Las fuentes de su magna obra no son populares, sino cultas; sin embargo, no hay que menospreciar, como se suele hacer habitualmente, la experiencia vital del autor como abogado, que posiblemente le puso en contacto con el mundo criminal."

Se inspiró en la literatura Clásica. Un ejemplo de esto es el tema de la imperfección de la mujer, el cual puede venir de Aristóteles, pero que es a su vez un tópico literario medieval tan frecuente como el carpe diem, que aparece también en la obra. Por otra parte, el personaje de la lena (tercera o alcahueta) es muy habitual en el Ars amandi de Ovidio y en clásicos como Séneca, Plauto y Terencio.

Sí es determinante y fundamental en la obra de Rojas la obra filosófica del humanista Francesco Petrarca, y en concreto el De remediis utriusque Fortunae, que aparece citado 99 veces y que el autor conocía a través del Index o extracto de sus obras.

En cuanto a las huellas castellanas, están los dos arciprestes: Alfonso Martínez de Toledo y Juan Ruiz (posiblemente el Libro de buen amor no lo conoció directamente, sino que tendría comunidad de fuentes en el Pamphilus), la Crónica General, el Tristán de Leonís, la Cárcel de amor y las obras de Juan de Mena, Jorge Manrique, y Juan del Encina.

Fuente Wikipedia. 

Interpretaciones de la obra:

"....La Celestina refleja muy bien el sentimiento pesimista del fin del Medievo. Es el otoño de la Edad Media en el que todo es efímero, sobre todo la vida. La danza de la muerte es el tema principal. La muerte dirige la danza, que es la vida, y la muerte hace a todos iguales pues para todos llegará en cualquier momento. Por ello hay que aprovechar las contadas ocasiones de felicidad pues pueden pasar rápidamente. El amor, las comidas, las fiestas, la bonanza del huerto, etc. son los placeres que se disfrutan un poco convulsivamente pues está claro que la muerte puede aparecer sin anunciarse. Sempronio y Pármeno saltan por la ventana y Calixto pierde pie en la escala. En realidad sólo Melibea decide su muerte material, aunque, verdaderamente ella ha muerto a la vida cuando Calixto ha desaparecido. La muerte no sólo iguala clases sociales, también iguala a los hombres y a las mujeres en este caso.

Las mujeres de La Celestina representan las contradicciones de una sociedad en crisis, la sociedad del fin de la Edad Media, y la riqueza de pensamiento de un momento en el que esta crisis de los valores tradicionales feudales propicia nuevos planteamientos de libertad e igualdad, social, cultural, religiosa, de género. Las palabras de Areusa en el acto IX no se conciben sin todos los movimientos sociales que recorrieron Europa en los siglos XIV y XV, sin toda la serie de nuevas corrientes religiosas como la Devotio moderna o los planteamientos de Huss o Wiclef que antecedieron a la Reforma. Así mismo, hay que tener presente las corrientes humanistas que desde el Trecento afloraban en Italia.Y también hay que pensar en mujeres, como Cristina de Pizán, que están proponiendo en sus escritos una sociedad de mujeres, escritos que en Castilla se conocían pues se sabe que formaban parte de algunas de las bibliotecas cuyos inventarios se han conservado, como la de Isabel la Católica. Todo ello da lugar a un momento de crisis que propicia una cierta libertad de acción y de pensamiento que tienen las heroínas celestinescas. Alisa, la mujer del burgués, totalmente sometida a su marido y a las convenciones sociales, anuncia cuál va a ser el camino y la futura situación de las mujeres, que era la preconizada por el patriarcado y en la que muchas mujeres se mantenían inmersas...."
FUENTE:  Las mujeres en La Celestina. Cristina segura Graíño. Narea 2001.

 EL FIN DEL MUNDO MEDIEVAL.

En la versión revisada de LA CELESTINA.; edición de Joaquín Juan Penalva, Areusa opina del vulgo y se lamenta de su condición de sirvienta.

AREÚSA.-  Ninguna cosa es más lejos de la verdad que la vulgar opinión. Nunca alegre vivirás si por voluntad de muchos te riges. Porque éstas son conclusiones verdaderas, que cualquier cosa que el vulgo piensa es vanidad; lo que habla, falsedad; lo que reprueba es bondad; lo que aprueba, maldad. Y pues éste es su más cierto uso y costumbre, no     juzgues la bondad y hermosura de Melibea por eso ser la que afirmas.

SEMPRONIO.-  Señora, el vulgo parlero no perdona las tachas de sus señores y así yo creo que, si alguna tuviese Melibea, ya sería descubierta de los que con ella más que nosotros tratan. Y aunque lo que dices concediese, Calisto es caballero, Melibea hijadalgo, así que los nacidos por linaje escogidos búscanse unos a otros. Por ende, no es de maravillar que ame antes a ésta que a otra.

AREÚSA.-  Ruin sea quien por ruin se tiene. Las obras hacen linaje, que al fin todos somos hijos de Adán y Eva. Procure de ser cada uno bueno por sí y no vaya a buscar en la nobleza de sus pasados la virtud.
(...)
AREÚSA.-  Así goce de mí, que es verdad que estas que sirven a señoras ni gozan deleite ni conocen los dulces premios de amor. Nunca tratan con parientes, con iguales a quien puedan hablar tú por tú, con quien digan: «¿qué cenaste?», «¿estás preñada?», «¿cuántas gallinas crías?», «llévame a merendar      a tu casa»; «muéstrame tu enamorado»; «¿cuánto ha que no te vio?», «¿cómo te va con él?», «¿quién son tus vecinas?» y otras cosas de igualdad semejantes. ¡Oh tía, y qué duro nombre y qué grave y soberbio es «señora» contino en la boca! Por esto me vivo sobre mí desde que me sé conocer, que jamás me precié de llamarme de otra sino mía, mayormente de estas señoras que ahora se usan. Gástaste con ellas lo mejor del tiempo y con una saya rota de las que ellas desechan pagan servicio de diez años. Denostadas, maltratadas las traen, contino sojuzgadas, que hablar delante ellas no osan. Y cuando ven cerca el tiempo de la obligación de casarlas, levántanles un caramillo: que se echan con el mozo o con el hijo, o pídenles celos del marido, o que meten hombres en casa, o que hurtó la taza o perdió el anillo; danles un ciento de azotes y échanlas la puerta fuera, las haldas en la cabeza, diciendo: «¡allá irás, ladrona, puta, no destruirás mi casa y honra!». Así que esperan galardón, sacan baldón; esperan salir casadas, salen amenguadas; esperan vestidos y joyas de boda, salen desnudas y denostadas. Éstos son sus premios, éstos son sus beneficios y pagos. Oblíganse a darles marido, quítanles el vestido. La mejor honra que en sus casas tienen es andar hechas callejeras, de dueña en dueña, con sus mensajes a cuestas. Nunca oyen su nombre propio de la boca de ellas, sino «puta acá», «puta acullá», «¿a dó vas, tiñosa?», «¿qué hiciste, bellaca?», «¿por qué comiste esto, golosa?», «¿cómo fregaste la sartén, puerca?», «¿por qué no limpiaste el manto, sucia?», «¿cómo dijiste esto, necia?», «¿quién perdió el plato, desaliñada?», «¿cómo faltó el paño de manos, ladrona? A tu rufián le habrás dado», «ven acá, mala mujer, ¿la gallina habada no parece?, pues búscala presto, si no, en la primera blanca de tu soldada la contaré». Y tras esto mil chapinazos y pellizcos, palos y azotes. No hay quien las sepa contentar, no quien pueda sufrirlas. Su placer es dar voces, su gloria es reñir. De lo mejor hecho menos contentamiento muestran. Por esto, madre, he querido más vivir en mi pequeña casa, exenta y señora, que no en sus ricos palacios, sojuzgada y cautiva.

ENLACES:

-PNTIC.
-CERVANTES VIRTUAL, BIBLIOTECA DE OBRA.

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martes, 1 de marzo de 2016

LA ALDEA MEDIEVAL








Las aldeas medievales son el centro de la vida en la Edad Media. Más del 90 % de la gente vivía en estas estructuras.

Muchas eran pequeños fuertes que con el tiempo dieron lugar a ciudades como en la imagen superior.

Imagen del lugar arriba y reconstrucción abajo

En la aldea se podía notar la estructura de la sociedad medieval , observa el esquema-dibujo de abajo y verás como desde el Rey todos están presentes en el entorno de la aldea.






La aldea era también un centro de cultura, las iglesias románicas tenía muchas imágenes y eran un libro en piedra en un mundo con pocos lectores.




Las aldeas medievales se situaban en torno a un castillo o una iglesia parroquial. Alrededor de la aldea estaban las tierras cultivadas, que se disponían en anillos concéntricos. En el primer anillo, inmediato a las casas, se situaban los pequeños huertos familiares. En el segundo, los viñedos, olivares y campos de cereal. Los límites del término correspondían al bosque, que ocupaba una gran extensión y era una despensa de frutos, leña y animales.



Algunos de los ejemplos de aldeas mejor conocidos son los de la Extremadura Aragonesa, es decir, las tierras del Sur de Aragón durante la Reconquista. Estas aldeas se agrupaban en las llamadas Comunidades de Aldeas, como la Comunidad de Teruel, donde destacó Escorihuela por la llamada Sentencia de Escorihuela, pleito que se considera el origen de la independencia municipal en Aragón.
Las dimensiones de una aldea medieval variaban en función del lugar de ubicación. Así, en las regiones más montañosas y más boscosas las aldeas eran más pequeñas, y estaban compuestas por cuatro o cinco familias que sumaban generalmente entre 25 o 30 miembros en total. Como ejemplo de este tipo de aldeas pequeñas podemos citar las aldeas gallegas, asturianas o vascas de la época.

En otros casos, las aldeas contaban con más familias, generalmente entre 20 y 40 familias. Este tipo de aldeas más amplias se daban en lugares más secos y más llanos. Lugares especialmente dedicados a la agricultura, que en aquella época se situaban en tierras de Castilla y de Cataluña, de forma especial.

El número de familias dependía, además, del término geográfico del que dispusiera la aldea. En aquella época cada aldea tenía reconocido un espacio físico de cultivo y de bosque. Así, si el número de habitantes de la aldea sufría un aumento excesivo, el espacio reconocido podría no ser suficiente para garantizar el alimento de todos los miembros de la aldea.


Composición de la familia campesina

Las familias campesinas eran, fundamentalmente, familias nucleares, es decir, que se trataba de familias constituidas por padres e hijos. Esto era así ya que en aquella época la esperanza de vida era muy corta, situándose en torno a los 30 o 35 años. También hay que tener en cuenta que en aquella época había un alto índice de mortandad, y sólo la mitad de los niños y niñas solía llegar a cumplir los diez años de edad.

Este alto índice de mortandad existente en la época llevaba a las familias campesinas de entonces a intentar compensarlo con la búsqueda de una prole numerosa. De esta forma, lo normal en aquellas aldeas era que cada familia tuviese un número de hijos amplio, que generalmente solía oscilar entre los siete y los ocho hijos.


Las viviendas de los campesinos

La vivienda campesina de la época medieval consistía, generalmente, en un habitáculo rectangular con unas dimensiones muy pequeñas, que oscilaban entre los ocho y los diez metros de largo por tres o cuatro metros de ancho. Estas casas campesinas carecían de ventanas y sus muros generalmente estaban construidos con maderas y con barro.

Su distribución interior era muy sencilla, consisitiendo básicamente en dos espacios, uno de ellos reservado para los animales y el otro reservado para las personas. El espacio central del habitáculo era el fuego y el perol, generalmente colgado del techo y en torno al cual se comía y se dormía. Para dormir bastaban unas brazadas de paja extendidas en el suelo.

Este tipo de viviendas fueron modificándose y recibiendo ciertas mejoras a partir del siglo XIII. A partir de esta fecha los materiales empleados para su construcción fueron más duraderos, empleándose piedra o granito en el norte y adobe en tierras de Castilla. El perol perdió su lugar central y el espacio dedicado a las personas se dividió entre el dedicado a la cocina y el dedicado a dormitorio.

La alimentación en la aldea medieval

La base de la dieta en la aldea medieval estaba compuesta por legumbres cocidas, harina y carne de cerdo. La patata todavía era una gran desconocida y la dieta se completaba con algunos frutos silvestres. La dieta también contemplaba algunos ajos, cebollas, queso y pan. Las bebidas más frecuentes para acompañar a la dieta eran el vino, la sidra y la cerveza.


La vida cotidiana en la aldea medieval

El ritmo de cualquier aldea medieval estaba marcado por la luz solar. Las labores diarias comenzaban al salir el sol y finalizaban con su ocultación. Generalmente, el día quedaba dividido en tres partes, la primera parta abarcaba desde el alba hasta una hora antes del mediodía, momento en que se realizaba la comida principal.

La segunda parte del día era la comprendida entre la comida y la puesta de sol, momento en el que se realizaba la cena. Después de la cena, sobre todo en invierno cuando las noches eran más largas, llegaba el momento de las conversaciones y de los cuentos y oraciones en familia. Un momento empleado para descansar y compartir.







Aldea y castillo controlando un puente.


Aldea de vigilancia de un valle, como Frías sobre el Ebro.

Casa Campesina



Interior de una Taberna.


LABORES AGRÍCOLAS.

La imagen tradicional de Octubre es la siembra en París, bajo las murallas del Palacio del Louvre. Como el mes de junio, la escena tiene lugar en la orilla izquierda del Sena, en un campo cerca de la mansión de Nesle, frente al Louvre, la poderosa fortaleza reconstruida por Carlos V.

En primer plano, a la izquierda, un campesino a caballo rastrilla un campo. La grada o rastrillado se acentúa con ayuda de una piedra grande que permite que los dientes del rastrillo penetren más profundamente en la tierra.

A la derecha, otro hombre siembra sobre la marcha. Urracas y cuervos están picoteando semillas cerca de una bolsa blanca llena de granos y una alforja. Al fondo del campo se ve un espantapájaros que representa un arquero - hombre de armas bastante impopular en aquel momento - con los brazos extendidos para tratar de disuadir a las aves. En la Edad Media, las urracas y cuervos se consideraban criaturas del demonio y de mal agüero.





Hoja ilustrada, correspondiente al mes de Febrero, del libro de horas Las muy ricas horas del Duque de Berry (Les Très Riches Heures du Duc de Berry) considerado como el manuscrito ilustrado más importante del siglo XV enmarcado dentro arte gótico. 

Un recinto vallado rodea una granja con un corral de ovejas y, a su derecha, cuatro colmenas y un palomar. Dentro de la casa, una mujer y dos hombres jóvenes se calientan delante del fuego. En el exterior en un paisaje nevado, un hombre corta un árbol con un hacha, con gavillas a sus pies, mientras otro cubierto con una capa-manta sopla sobre sus manos para calentarse. Además en la lejanía, una tercera persona conduce un asno cargado de madera hacia el pueblo vecino.

En la parte superior se ve la representación de la carta astral, con textos en latín, correspondiente al mes de Febrero: signos zodiacales (acuario y piscis), estrellas e inclinación del Sol entre otros aspectos astrológicos.

El manuscrito se conserva actualmente en el Museo Condé de Chantilly (Francia).

El trabajo en julio que se representa en la pintura es la cosecha y el esquilado de ovejas. Debe apretar el calor, dos campesinos ligeros de ropa se protegen del sol con sombreros de paja mientras siegan el trigo utilizando una hoz y una varita. Utilizando la varita separan un manojo de trigo del que cortan los tallos lanzando la hoz. Los segadores avanzan hacia el exterior de la parcela, girando hasta acabar en el centro de la misma. Uno de ellos lleva en el cinturón una piedra de afilar. Al otro lado del río otras dos personas, una de ellas una mujer, cortan la lana de las ovejas utilizando tijeras de esquilar de la época: forces. A su alrededor las ovejas pastan.

Salvo unas montañas imaginarias, el paisaje muestra al río Boivre en el primer plano que desemboca en el río Clain, a los pies del palacio condal de Poitiers. El palacio fue reconstruido por el duque de Berry despúes de que fuera parcialmente destruido por un incendio.

ALDEANOS CONSTRUCTORES.

la mayoría de las aldeas tenían su templo, las gentes que se esforzaron en aquellos siglos por tener la iglesia más digna, la parroquia más noble que sus recursos posibilitaban y que en muchos casos se han mantenido desde entonces y hasta nuestros días como emblema del lugar, como edificio de referencia, es igualmente la plasmación de una mentalidad, de una organización social, de un sistema económico, de unos métodos de trabajo, en definitiva, de unos modos de vida y una forma de ver el mundo muy particular.




ENLACES:

-VIDA COTIDIANA EN LA EDAD MEDIA. Arteguía.

ACTIVIDAD :

En el BLOG coloca 10 preguntas con un formulario de DRIVE sobre el tema.